David Alonso es geógrafo y político

Los propietarios del Sporting han anunciado que quieren construir un nuevo estadio en la ciudad. Bajo el paraguas de la posibilidad que Gijón acabe siendo una sede oficial del futuro mundial de futbol de 2030, los señores que han comprado el Sporting dicen que es necesario mejorar el estadio existente hasta tal punto que hay que tirarlo y construir otro.

La noticia en si misma generaría el debate propio de quienes creemos que no podemos perder la historia de las viejas paredes del Estadio de futbol municipal más antiguo del futbol profesional de quienes opinan lo contrario. O bueno de un término medio, el más razonable, que sería realizar mejoras sustanciales sobre lo que ya existe.

Pero el asunto pasa a ser algo aún más complejo cuando resulta que la inversión la van a hacer ellos, bueno ellos y otros inversores y si acaso con ayudas públicas que vengan del Estado o de la Real Federación Española de Futbol.

Vamos a abordar el asunto haciéndonos alguna pregunta. La primera de ellas es que la gente que va a poner dinero, una millonada al parecer, puesto que se trata de una obra de no menos de 200 millones, ¿de donde va sacar el beneficio?

Porque sin lugar a dudas ningún inversor meterá semejante inversión sino se garantiza un beneficio. Como para cualquier otra cosa, ni más ni menos. Veamos. Por un lado, el estadio es de propiedad municipal, como lo son prácticamente todos los terrenos de alrededor salvo uno, en el que nos detendremos más adelante. Siendo todo de propiedad municipal y salvo que deje de serlo, lo primero que sucede es que ni los propietarios del Sporting, ni nadie, puede ejecutar una operación urbanística en un terreno que no sea de su propiedad. Ante eso y salvo que el Ayuntamiento firme un Convenio, difícilmente encajable en la legislación vigente, es el Ayuntamiento el que debe ejecutar y dar cabida a todas esas obras que se han anunciado. Como propietario. Debe decidir desde “pequeñas cosas” como cambiar el nombre del Estadio, por ejemplo, si es que se pretende ganar dinero llamando al estadio el Alimerka Estadio o el Trabanco Arena. Que, dicho sea de paso, mas allá de la perdida de esencia, no genera ni el 1% del dinero para pagar esa obra, al menos viendo las cifras de estadios en ciudades similares, que, aunque por mucho que nos viniéramos arriba, el Bayer de Múnich aun no somos. Y menos después de la paliza que nos ha metido el Granada, pero este es otro tema (o no).

Es también el Ayuntamiento quien debe decidir sobre eliminar las más de 1000 plazas de aparcamiento público existente en la actualidad, una de las propuestas estrellas de los propietarios del Sporting. Debería darle, además, una concesión directa al Sporting para que explote un parking subterráneo en terrenos públicos. Aunque esto sucediera, y el Ayuntamiento decida dilapidar propiedades públicas, dudo mucho también que el parking llegue siquiera ser rentable, no digamos ya nada si se pretenden presentar frente a algún inversor como aval de la inversión multimillonaria. Por varios motivos. El primero es que estamos hablando de una zona inundable. Y las zonas inundables poseen una legislación como el RD 1/ 2016 de 8 de enero en su artículo 40 (y ss.) donde se habla de las limitaciones a los usos en la zona de policía inundable, como es el caso. Superado ese problema, si es que se supera, el siguiente que se plantea es la rentabilidad propia de ese emplazamiento. Para ello se debe sumar el coste de la ejecución del parking en una zona con serios problemas de estabilidad y por otro, el hecho, no menor, de que justo al ladito, detrás del Pabellón de Deportes de La Guía, se va a ejecutar el mayor parking disuasorio municipal de la ciudad. Bueno salvo que los que apostaban por la movilidad sostenible en nuestro Ayuntamiento ahora den marcha atrás, a mayor satisfacción de los millonarios. Bueno, no sería la primera vez, se lleva haciendo en el Oeste de nuestra ciudad con otro millonario que contamina todos los días y no parece que pase nada.

El Molinón

El Ayuntamiento debe decidir también sobre la parcela, lo único que es de su propiedad, que limita al sur con los terrenos propios del estadio y del parking actual, parcela sobre la que se han proyectado, en las infografías que hemos visto y mostradas por los propietarios del Sporting, dos torres bastante grandes, como de veinte alturas o similar. Está claro que quien ha proyectado eso no se ha leído una línea del actual Plan General de Ordenación que rige nuestra ciudad desde 2019. O si acaso igual se pensaba que la ciudad seguía sin planeamiento actualizado vigente. Quién sabe. El caso es que a esos inversores que dicen van a meter dinero en el futuro proyecto tampoco se les podrá decir que van a dar un pelotazo urbanístico. Bueno salvo que el Ayuntamiento lo consienta. Porque es una vez más, al Ayuntamiento, a sus concejales, a los que les toca avalar, o no, la fiesta. Me explico.

Si uno mira la ficha urbanística vigente de ese terreno, uno ve y lee que, dada su ubicación, en la redacción del planeamiento lo que se pretendía era cerrar esa zona en cuanto a la densidad de viviendas para facilitar el entronque con la malla urbana situada al otro lado del rio Piles. Hablando en plata, solo se permite un máximo de seis alturas y un máximo de 26 viviendas. Claro, esta cantidad de viviendas “solo” permitirá a sus promotores obtener unos beneficios, en el mejor de los casos del 2% de la inversión anunciada para el nuevo estadio, muy poco dinero. Para que esos beneficios inmobiliarios mejorasen, la formula; nada compleja, es aumentar el número de viviendas a construir, más que aumentar multiplicarlas por 10 o por 20. Para que esto suceda y esas torres blancas de las infografías lleguen, siquiera a ser un Anteproyecto, es necesario que el Ayuntamiento se cargue el actual PGO, el único legal en los últimos 20 años. O que haga un Revisión integral del mismo, casi otro documento nuevo, dada la superficie y los cambios que se pretenden. Cosa que aún no ha hecho, por ejemplo, para otras cuestiones, más mundanas (y seguramente más necesarias para la ciudad) como por ejemplo habilitar, legalmente, un parking publico encima del pozo de tormentas del Parque de los hermanos Castro. O olvidarse y dejarlo como zona verde. Pero este, es otro tema.

Quedaría por hablar de una fuente de ingresos de la que también habló la propiedad del Sporting, que eran las subvenciones estatales. Las famosas subvenciones que sirven para avalar todo y que nunca suelen llegar a nada. Poniendo por delante que una vez leídos los requisitos de la FIFA para ser sede mundialista al menos nueve estadios de los presentados en España necesitan amplias mejoras, no dejaría de ser hasta insultante que el Estado español pusiera dinero para un estadio de futbol en una ciudad que antes de eso necesita un estación de trenes , un túnel del metrotrén en marcha, un vial en Jove para sacar el tráfico pesado de nuestras calles o una autopista del mar para poder generar más solidez a eso que se llama arco atlántico. Para eso si hacen falta dinero. No menos insultante seria que el gobierno regional pusiera dinero para un nuevo estadio, pero no lo haga para una estación de autobuses publica, digna de tal nombre, y no pretendiese ponernos un intercambiador en mitad de la ciudad. Y de igual manera seria insultante que el Ayuntamiento no tenga ni un duro para avanzar en el proyecto de Tabacalera o en los frentes marítimos al oeste y al este y sí para un nuevo campo.

Por muy sportinguista que uno sea, la ciudad va por delante, y rozaríamos casi el ridículo planteando una obra grandilocuente cuando la ciudad hace aguas en muchas necesidades de carácter público. En demasiadas. ¿Acaso alguien se imagina poner una especie de Calatrava en el este de la ciudad y seguir llegando a Gijón en un feve destartalado a nuestra estación provisional?

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