Esta pandemia del COVID ha puesto en evidencia la debilidad de muchos de los pilares en los que nuestra sociedad se sustenta: por ejemplo, la fragilidad de las personas que viven en soledad, sobre todo las personas mayores; o las grietas de nuestro sistema sanitario que creíamos el mejor del mundo; o el modelo de residencias para mayores arrojado a los brazos de empresas que miran más por los intereses económicos que por la persona y un largo etcétera.

A esto hay que añadir que, según datos del INE, en el último año se produjo el mayor repunte de envejecimiento de la población desde 2014, alcanzando un 125,7% (un 2,4% más que en 2018) y que Asturias lidera esa tasa con un 224%, esto es, 224 mayores por cada 100 menores de 16, con una esperanza de vida de 83,3 años (80,4 en hombre y 86,1 en mujeres).

Ante este panorama, surge la imperiosa necesidad de búsqueda de modos de vida diferentes  que den respuesta a una población cada vez más envejecida y demandante de unos servicios adecuados a esta nueva situación. Asistimos, además, a la quiebra del mal llamado estado de bienestar y un gran cambio en lo que entendemos por  familias tradicionales donde la incorporación de las mujeres al trabajo fuera del hogar introduce un panorama bien diferente al de hace unas décadas; cada vez  son más frecuentes los hogares de una o dos personas (casi un 60%). Y es en este contexto donde podemos encajar a AXUNTASE, un proyecto intergeneracional de cohousing, de viviendas colaborativas, pionero en Asturias.

En sus inicios, Axuntase surge como una alternativa a los geriátricos que todos conocemos, en donde se pierde el control de nuestras vidas y donde, desde nuestro punto de vista, se ve afectada nuestra dignidad, intimidad y nuestras relaciones sociales que hacen que lleguemos a definirlos como “no lugares”.

En el cohousing la dignidad adquiere su razón de ser: iguales con independencia de la edad, donde yo decido cómo quiero vivir y  tomo las decisiones sobre mi propia salud, donde la persona es el centro y tiene su autonomía e independencia y donde los mayores dejan de ser responsabilidad de la familia. En este contexto hay una nueva visión de las personas mayores que demanda no solo otro tipo de viviendas, sino nuevas formas de vida durante su última etapa. Van en la línea de continuar viviendo y no retiradas. Siguen siendo protagonistas de su propia vida.

En este panorama es la iniciativa privada la que ofrece toda su gama de recursos y servicios con el mejor márketing posible, pero, sobre todo, poniendo por delante el  aspecto económico.

En Axuntase los cooperativistas se involucran desde el principio logrando una cohesión social y donde la participación se coloca en el centro y está muy ligada a la autonomía personal y a la autogestión.

Es verdad que la mayoría desearíamos seguir viviendo en nuestras casas, pero en muchos  casos y cuando ya somos mayores éstas no están adaptadas a nuestras necesidades: en ocasiones son grandes porque en ella habitó una gran familia o no están preparadas para situaciones de dependencia (sin ascensor, con barreras arquitectónicas…).

Es en este contexto donde el cohousing aporta una solución integral a esta situación puesto que aborda de frente el problema de la dependencia a todas las edades y no solo y exclusivamente para los mayores.

La dependencia es la falta de autonomía, es decir, la pérdida de capacidad de control y toma de decisiones sobre nuestra propia vida. Es cierto que cada vez hay mayor índice de dependencia puesto que vivimos más años. Pero también, que los seres humanos, todos, somos interdependientes más allá de nuestra edad. Y que, si hay alguna etapa donde lo somos de manera cuasi total es en la niñez, entonces… ¿por qué siempre que se habla de dependencia pensamos solo en la vejez?

Esto no deja de ser ajeno al hecho de vivir en una sociedad donde, cuando dejas de producir, te devalúas y pasas a ser “clase pasiva” algo que no existía en sociedades anteriores.

Como dice Ana Freixas en la revista “Mujer y Salud” en un monográfico dedicado al “Edadismo”: “no queremos ir de casa en casa de nuestras hijas e hijos donde perdemos los recuerdos, la orientación, la intimidad, la sexualidad y con frecuencia el dinero, para pasar a pedir permiso de la mañana a la noche. No queremos estar de sobra”.

Desde nuestra cooperativa nos rebelamos contra este tipo de clichés. Y vamos creciendo.

Otros proyectos de cohousing que nos sirven de inspiración:

Sabemos que somos diferentes y también lo son los distintos proyectos que conocemos en nuestro país y en otros, en Europa y Latinoamérica, y de ellos aprendemos. Ávidos de información, rastreamos redes y encontramos muchas iniciativa pioneras que nos inspiraron mucho.

La primera iniciativa que visitamos en marzo del 2014, una de las más pioneras, fue Trabensol. Se trata de un grupo que procede del mundo asociativo y cooperativo. Han construido una comunidad con unas magníficas instalaciones. En ese mismo año en octubre, conocimos a Brisas del Cantábrico ubicado en Cantabria, un complejo formado por 302 cooperativistas y en fase de recalificación del terreno para construir.

En la primavera del 2015 nos acercamos a conocer a Residencial Santa Clara en Málaga donde Aurora nos contó su proyecto hecho realidad desde que era muy joven con su grupo de amigas y amigos. Y, finalmente, conocimos otro proyecto muy interesante en Madrid, Entrepatios, que acaba de inaugurar su edificio, Las Carolinas, con cooperativistas de todas las edades disfrutando con sus nuevas viviendas.

También tenemos conocimiento de otra iniciativa en Barcelona, La Borda, en un solar cedido por el ayuntamiento en cesión de uso. Es un proyecto también con personas de distintas edades y ya en funcionamiento.

Estas visitas nos sirvieron para conocer varios proyectos de primera mano y para aprender, puesto que uno de los principios más interesantes de estas iniciativas es el deseo de compartir experiencias y vivencias para que este movimiento de cooperativas de viviendas colaborativas se extienda y sea más conocido.

Una de las palancas de estos proyectos en el deseo de una vida en común, de compartir, de cuidarnos mutuamente  y de decidir con autonomía sobre cómo queremos hacerlo, tomando en grupo nuestras propias decisiones.

La historia de Axuntase

Empezamos a trabajar en este proyecto en el año 2014. En 2018 el grupo semilla decidió formar una cooperativa de consumidores y usuarios, de iniciativa social y sin ánimo de lucro mediante la cual crearemos un complejo residencial y asistencial constituidos por unidades para una o más personas e instalaciones comunes. Iniciamos una ardua andadura entrevistándonos con numerosos ayuntamientos buscando terrenos para cesión de uso, otro de los pilares básicos de los cohousing, puesto que, de esa manera, al ser el terreno propiedad directa de la cooperativa se lucha contra la especulación inmobiliaria, además de buscar un abaratamiento de costes al ampliar la base social de los cooperativistas.

Las cifras de los alquileres en España son de vértigo. Según una encuesta del INE del 2019 el 18,3% de los hogares reside en régimen de alquiler, un incremento de un 15,7% desde 2013. Y con una subida de los alquileres de un 1,4% el año pasado, el de la pandemia, mientras que el  PIB ha sufrido una caída del 11%. De 2013 a 2018 la subida de dichos alquileres ha sido de un 22% en toda España. Esto hace que los jóvenes y no tan jóvenes lo tengan cada vez más difícil. Axuntase, al ser intergeneracional, ofrece una propuesta muy atractiva: acceder a una vivienda en cesión de uso y, si en un futuro, por motivos de movilidad o cualquier otra deciden abandonar la cooperativa pueden recuperar el dinero invertido. Para aquellos que no dispongan del total del dinero requerido, se buscará una solución hipotecaria en banca ética a un interés muy atractivo.

Otro dato interesante de conocer es que el 25,7% de las viviendas, según esa misma encuesta, son unipersonales o unifamiliares. Detrás de esto también hay una realidad a la que el paraguas del cohousing puede aportar una solución: Axuntase es un espacio para compartir también la crianza de la infancia y la juventud. Para estos colectivos, la convivencia en este espacio comunitario puede suponer una riqueza personal y un desarrollo de habilidades sociales muy importantes para su futuro.

¿Dónde vamos a vivir?

Finalmente encontramos un precioso lugar en Caraviés, en Llanera, de cerca de 10.000 m2 donde construiremos 36 unidades de vivienda de 50 y 62 m2 y con una gran variedad de instalaciones comunes para comedor, cocina, lavandería, salas para diferentes actividades… Contaremos también con terreno para un jardín y para un huerto ecológico de autoabastecimiento.

Todo ello siguiendo unos criterios de sostenibilidad con un diseño intencional para el contacto social y con instalación de placas fotovoltaicas también para autoconsumo energético. La Consejería de Medio Ambiente del Gobierno Asturiano nos acaba de dar el certificado de que no tendrá impacto ecológico y que se cumplen las condiciones para el suministro de agua para consumo humano.

¿Cómo nos organizaremos?

Siguiendo las experiencias que ya funcionan desde hace décadas en los países escandinavos, Alemania o Latinoamérica, la base de la cooperativa es la participación y la autogestión por los propios residentes. Por esto mismo, las decisiones importantes se aprueban en la Asamblea de la cooperativa. Existe un Consejo Rector que vela porque los Estatutos y el reglamento de Régimen Interior se cumpla. Y además, tenemos unos Grupos de Trabajo (económico, de acogida, comunicación, construcción…) en los que se colabora y trabaja cada uno de los problemas que puedan surgir.

Es un modelo que creemos que se extenderá cuanto más se conozca. En Axuntase aún tenemos disponibles plazas para quien tenga interés por optar por esta nueva forma de vivir en comunidad donde existe un equilibro entre lo común y lo privado.

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