José Manuel Zapico es Secretario General de CCOO de Asturias

La emergencia sanitaria, económica y social provocada por el coronavirus requiere anticiparse, con respuestas ágiles y coordinadas. Somos el primer sindicato de Asturias y eso supone una mayor responsabilidad, por eso en abril también pusimos sobre la mesa un Plan Asturiano para la Recuperación (PAR) con cincuenta medidas urgentes en torno a tres grandes ejes: blindar el sistema sanitario y sociosanitario; rescatar la economía real, proteger el empleo e invertir en futuro; y luchar contra la desigualdad para proteger a las familias con menos recursos y más vulnerables.

Fue una primera batería de medidas que supuso la base de un amplio acuerdo social que se materializó el 1 de agosto, con la firma de la Concertación para la Recuperación de Asturias (CREA) por parte del Principado de Asturias, las organizaciones sindicales más representativas y la patronal. Un pacto que moviliza 640 millones de euros, a ejecutar en 16 meses, para crear empleo, apoyar a las empresas, apostar por el desarrollo tecnológico, la formación y el talento o garantizar los medios para impedir que trabajar pueda costar la vida. Mención especial merece señalar que, por vez primera, se incluye un buen número de medidas para impulsar la igualdad entre mujeres y hombres, de manera transversal y con una mesa de trabajo específica encargada de combatir otra pandemia, la de las brechas de género y la violencia machista, apostando por vacunas como la corresponsabilidad, la coeducación o la igualdad salarial. Es una apuesta clara y decidida para combatir el invierno demográfico, ya que un país o región que no apuesta por la igualdad real, no sólo vulnera los derechos fundamentales de la mitad de la población, sino que lastra el desarrollo del conjunto de la economía al no aprovechar el talento femenino.

El acuerdo y el pacto es la mejor forma de avanzar. Si la negociación no renta sin movilización, otro tanto ocurre si se entiende la movilización como un fin en sí misma. En Comisiones Obreras sabemos que el éxito de la acción sindical radica en el equilibrio, en la búsqueda del acuerdo como solucionador de problemas y conflictos. Quizás lo cómodo, aunque no lo justo, sería ver los toros desde la barrera, pero eso no va con un sindicato de clase como el nuestro, máxime en un momento como el actual que requiere altura de miras y responsabilidad.

Así que apostamos por sumar esfuerzos para multiplicar los resultados. La historia lo demuestra: Asturias puede afrontar la pandemia con un sistema sanitario más robusto que otras comunidades autónomas gracias a los acuerdos alcanzados en el pasado en la concertación social, que garantizan recursos para fortalecer nuestra sanidad pública y consolidar una buena atención primaria, e impidieron que los recortes de los Gobiernos del PP hicieran estragos. El Salario Social Básico, un hito en la lucha contra la pobreza grave y severa que situó a Asturias a la cabeza de la protección social en nuestro país, fue también otro compromiso alcanzado dentro del diálogo social asturiano.

Durante las últimas décadas, la concertación social ha permitido avanzar en derechos y fortalecer los servicios públicos, mejorar la empleabilidad y la formación, afianzar el sistema productivo. Nadie puede cuestionar que es una herramienta útil para proteger los intereses de las personas que no tienen el poder económico, aquellas que dependen única y exclusivamente de su trabajo para poder salir adelante. Siempre lo hemos tenido claro: cada acuerdo debe ser valorado por sus contenidos. Si es bueno para los trabajadores y trabajadoras, es bueno para Comisiones Obreras.

Ahora afrontamos una epidemia que ha puesto contra las cuerdas a nuestra sociedad y que ha detonado una profunda crisis económica que supondrá más paro, precariedad y desigualdad. No podemos tropezar con la misma piedra dos veces, debemos aprender de los errores de 2008: el empobrecimiento masivo, la destrucción de derechos y los brutales recortes en los servicios públicos son el mejor atajo hacia el precipicio. Precisamente la CREA toma la dirección contraria y aporta la estabilidad necesaria para afrontar los problemas y las dificultades. Y no es un cheque en blanco al Gobierno, al contrario, es una responsabilidad añadida para el Principado, que no puede fracasar. No hay excusas.

Ahora toca emplazar a los partidos de la Junta General para que apoyen las medidas que nos permitan afrontar con garantías el reto demográfico que hipoteca nuestra tierra, la transición energética, la apuesta por la innovación y el desarrollo tecnológico.

Asturias se la juega y no podemos perder el tiempo ni agotar a la ciudadanía con polémicas estériles.

A quienes tienen responsabilidades públicas les corresponde estar a la altura, generar oportunidades y aprovecharlas, sembrar presente para recoger futuro. Es hora de soluciones.

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