Gloria Sanz Testón es profesora jubilada, Primer Premio de Ensayo “Conde de Campomanes” y socia fundadora de la Sociedad Cultural Gijonesa.

Con vuestra aquiescencia seguimos con las efemérides del Bicentenario de la instauración del Trienio Constitucional (1820-1823), lo que  da lugar a introduciros en la obra de teatro escrita por D. Ramón de Valladares y Saavedra titulada “Don Rafael del Riego”.

Nació nuestro autor en Algeciras en 1824, realizo sus estudios de Derecho en Madrid,  catedrático de Literatura en la Academia Real de Música, periodista, escritor y representante consular. D. Ramón de Valladares y Saavedra mantuvo una extensa actividad como traductor de obras de teatro francesas, tan en boga en la segunda mitad del siglo XIX, y fue un prolífico autor dramático de quien deseamos haceros partícipes con una de sus creaciones literarias en particular.

La obra titulada Don Rafael del Riego, escrita probablemente en el 30 aniversario de la muerte de D. Rafael del Riego, representada en diferentes ocasiones, fue publicada en Madrid en 1854, bajo la conocida serie La España Dramática. Se trata de un drama desarrollado en cinco actos, escrito en prosa y que el autor dedicó al sobrino del general, D. Antonio del Riego, también militar, “en muestra de grata memoria y justa consideración”.

La acción, como podemos deducir, tiene lugar desde el 1º de enero de 1820 al 7 de noviembre de 1823 y los actos son situados en Las Cabezas de San Juan, El Café Lorencini, un mesón a las afueras de Arquillos, la sala de Alcaldes de Casa y Corte en la Audiencia y un calabozo.

Los personajes principales son Don Rafael del Riego, D. Fernando de Vargas, abogado liberal que se ha unido a las tropas de Riego; D. Judas Tadeo, alcalde de Arquillos y juez absolutista que pretende la mano y el dinero de  la hija de D. Tadeo, juez absolutista viudo que ejerce como alcalde de Las Cabezas de San Juan; Tomasa, la hija de D. Tadeo enamorada de Fernando; Francisco, asistente de Fernando; el Tío Bernardo, dueño del Mesón y el facineroso Romualdo.

El acto primero “El primer grito de libertad” situado en una sala de la casa de Tadeo nos introduce en el conocimiento de los intereses de los personajes: la alianza entre los dos jueces y sus espurios intereses, el amor filial de la hija, dispuesta a sacrificarse y renunciar a su felicidad; Fernando, entusiasta voluntario dispuesto a luchar por la libertad y su criado Torbellino, el gracioso de la obra, que ayuda a los jóvenes. Don Rafael de Riego proclama la Constitución en el pueblo y se aloja en casa de D. Tadeo.

“En el Café Lorencini”, que es el segundo acto, D. Tadeo y D. Judas sentados y embozados en sus capas espían a los clientes que discuten la situación del momento mientras esperan la llegada de la Gaceta que traerá la noticia de la firma de la Constitución por el rey. Francisco, criado de D. Tadeo, está indignado tras conocer el nombramiento de un afrancesado y realista como Morillo a Capitán General. Absolutistas y constitucionalista se enzarzan en una pelea.

“La Traición”, tercer acto, tiene lugar en un mesón cercano a Arquillos. Unos lugareños beben y se entretienen pero son desalojados por el mesonero, Tío Bernardo, a la llegada de D. Judas y a petición de este. Sus maquiavélicas intenciones crean una trampa en la que caerá D. Rafael del Riego.

El acto cuarto “Vista y Sentencia” se desarrolla en la Sala de Alcaldes de la Casa y Corte en la Audiencia de Madrid. Tomasa, acompañada de su criado Francisco, desconoce quién es el gobernador de la sala y se proponer conmover a los jueces.

“Martirio Glorioso” es el último de los actos situado en un calabozo cercano a la capilla. Allí Torbellino reflexiona y Fernando le comunica que al General no le han permitido vestir su uniforme. El escribano lee la sentencia de muerte y D. Judas se regocija de haber matado a quien considera su mayor enemigo… pero le aguarda un inesperado desenlace.

Ramón de Valladares y Saavedra, no olvida poner en boca del abogado defensor que la sentencia dictada contra D. Rafael del Riego era “un asesinato jurídico”. Señala asimismo los nombres de Victor Damián Sánchez-Mayor, confesor del rey y encarnecido enemigo del régimen constitucional, así como el de Alfonso de Cavia, Alcalde de Casa y Corte quien formó la causa y Domingo Suárez, Fiscal del proceso quien firmó la sentencia.

No hacía muchos años, en 1835, el hijo del abogado defensor  Julian Santos había  publicado “para que no se alteren los hechos que pertenecen a la historia” la obra  El proceso de D. Rafael del Riego, con los apuntes que su padre Faustino Julian Santos había realizado para la defensa del general.

Para concluir estas líneas señalaremos los errores que habían llevado al fracaso del régimen a decir de D. Álvaro Flórez Estrada:

“En toda sociedad que acaba de salir del despotismo, la clase más corrompida no puede ser otra que, la que en el anterior régimen ejercía el despotismo, y más participaba de su influencia, disponiendo casi a su arbitrio de la vida, honor y propiedad de sus conciudadanos, cuál era la encargada de administrar justicia…”. Otro de los errores había sido la ley de intolerancia religiosa, “que no permitía desligarse de Roma” y por último “haber dejado como Jefe de Estado al mismo hombre que había ahogado la Constitución en el año 14 con mil y mil víctimas”.

Serenos, alegres, valientes, osados, cantemos soldados el himno a la lid  y unámonos a la Columna Itinerante que recuerda este Bicentenario.

Para mayor información ver Revista Trienio Ilustración y Liberalismo Nº 72 y 74

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