Ángel Cappa es ex-entrenador de fútbol y escritor

El capitalismo es un sistema criminal”.
Frei Betto.

Hay que ser muy sinvergüenza para no ser antisistema”.
José Luis Cuerda

A partir de Marx, el capitalismo fue analizado minuciosamente por varios prestigiosos sociólogos y filósofos que nos mostraron las entrañas de este sistema económico que nos condiciona el pensamiento y la vida misma.

Un sistema que favorece a una minoría, basado en la explotación, con el único objetivo del beneficio económico rápido. Lo conocemos también, y tal vez mejor, a través de las consecuencias que sufrimos cotidianamente.

Algunos ejemplos:

El agua cotiza en la bolsa de valores. Es decir un elemento de la naturaleza vital para todos, convertido en una mercancía que enriquecerá a unos pocos y condenará al resto. Esto es el capitalismo.

El capitalismo también ha convertido en mercancía a la comida y los alimentos, que dejaron de ser un bien común para ser un negocio en manos de unas pocas empresas.

Dice Teresa Forcades: “El capitalismo regula y regula de forma severa. Pero regula en una dirección muy particular: para favorecer los intereses económicos de unos pocos en detrimento de las necesidades de la mayoría”.

El Estado español (o sea, todos los españoles) rescató a la banca a raíz de la crisis del 2008 con unos 65 mil millones de euros; según el Banco de España, en noviembre del año pasado habían devuelto algo más de 5.200 y 51 mil de esos millones no se recuperarán jamás. Las deudas hay que pagarlas, dicen, cuando los mismos bancos desahucian a la gente afectada por la crisis que no puede pagar las hipotecas. Esto es el capitalismo.

La pandemia agudizó la crisis económica en el mundo. Millones de personas viven en la pobreza extrema por ese motivo, mientras que los 12 multimillonarios más significativos de Wall Street aumentaron su fortuna combinada en un 40% (283 mil millones), según el Instituto de Estudios Políticos de EEUU. Esto es el capitalismo.

Revela Oxfam que la desigualdad del sistema provocó que la mitad más pobre de la población reciba solo el 1% del incremento de la riqueza, mientras que el 1% de los más ricos acumule la mitad de esa riqueza.  Esto es el capitalismo.

La sanidad y la educación públicas, bienes comunes, sufren un constante proceso de privatización que las convierten también en un negocio. Dice Angeles Maestro: “La sanidad privada o las diversas fórmulas de gestión sanitaria con ánimo de lucro multiplican por cuatro las intervenciones quirúrgicas consideradas de dudosa aplicación”. Esto es el capitalismo.

El fútbol, que fue en otros tiempos la fiesta de los pueblos, es hoy un “cochino negocio”, como lo calificó Eduardo Galeano, por obra y desgracia del capitalismo.

Las grandes empresas absorben a las pequeñas y manipulan el mercado. Los bancos se fusionan y quedan en pocas manos. Esto genera desocupación y angustia, mientras las acciones suben en la bolsa. El capitalismo sin eufemismos.

El capitalismo hace que diariamente mueran de hambre 25 mil niños en el mundo.

Datos del banco Credit Suisse: el 9,5% de la población mundial tiene el 84,1% de la riqueza. Capitalismo puro.

La forma de producción y consumo del capitalismo es ciertamente demencial y causa contaminación y muerte, además de la destrucción del planeta.

¿Es posible en un sistema intrínsecamente tan desigual como el capitalismo hablar de democracia?

¿Es posible hablar de libertad cuando las condiciones de vida de millones de personas impiden que puedan ejercerla?

Luchar para cambiar este sistema por otro que sea justo y realmente democrático no es una opción. Es una necesidad de vida.

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